EL BURR@ O LA MULA CAMPANER@
JOSE JAVIER DURAN ROMERO (2006).
Entrada la colonización de América, los “Conquistadores” trajeron consigo ganado, caballos, mulas, burr@s y otros animales grandes, domésticos y salvajes al nuevo continente….
Algunos para su reproducción y alimentación como “el ganado”, los que servían de transporte de personas y batallas contra los aborígenes “los caballos” y a los que le toco el trabajo más duro y pesado de todos los mamíferos domesticados: “El Burr@ y La Mula”, específicamente a estos le tocaba ese trabajo, incluso más que a los caballos, siendo estos mucho más grandes y aparentemente más fuertes, porque: “La mula y el burro son animales de carga de paso seguro, no se desbarranca, soporta gran cantidad de peso a grandes alturas, tiene pezuñas pequeñas y más duras que la de un caballo, y una gran resistencia natural a enfermedades e insectos”.
En Venezuela para finales del siglo XVI y XVII, cuando se construyó el camino de piedra o “camino de los españoles”, que formo parte en su momento histórico y por largas extensiones del paso obligatorio entre el valle de Caracas y Aragua, pasando por San Pedro, Las Cocuizas, El Consejo, seguido por el valle de Guaracarima hasta llegar al Llano, que además, a mi manera de ver la historia, ese “Camino Real” fue primero camino “Aborigen”, a los que nunca se les pago peaje por transitar por él.
Esa autopista de piedra, era de gran facilidad y acceso de un caserío, hato o hacienda a otr@, para los caballos y carretas de la época. Pero los otros caminos o senderos pequeños y de difícil entrada o tránsito, se lo dejaban al desafortunado Burr@ o Mula, que aparte de ser el todo terreno de la época, era el que llevaba más palo y látigo después de los esclavos.
Este trabajador animal fue prácticamente el que por cientos de años activo el transporte terrestre y la economía. Siendo el que tenía la inapreciable tarea de traer y llevar todas las encomiendas y cargas para el desarrollo de la minería, agricultura, maderera, caza, ganadería, etc. Sin dejar a un lado las millones de ocasiones tenían que llevar al patrón a cuestas…
Esta imprescindible empresa transportista de “tracción de sangre”, al que nunca se le dignifico su milenaria labor, en las haciendas jugaba un papel fundamental, Por ejemplo: en la hacienda El Paují y hacienda nuestra señora de Buen Paso, por nombrar algunas de las primeras fundadas para la época colonial en este ahora municipio Revenga, el Burr@ o Mula se encargaba de bajar todo el Café, Cacao, Añil, entre otros rubros, que se cosechaba desde los más alto y profundo de las haciendas hasta el patio de la casa grande, donde se recopilaba, lavaba, secaba, tostaba y molía para luego ser comercializado; luego la incansable bestia volvía a intervenir para hacer las entregas…
Cuentan los viejitos que eran los Arrieros de estos Burr@s y Mulas, que el equipo de trabajo para la distribución de la carga pesada, por lo general consistía en: un Arriero o Baquiano, no menos de cuatro Burr@s o Mulas, (en ocasiones y dependiendo del poder adquisitivo del dueño de la hacienda y la cantidad de mercancía que tenían que movilizar podían haber hasta 20 equinos). En el grupo de Burr@s o Mulas, siempre había uno con mayor experiencia en transitar los caminos, trochas y senderos que se los conocía de memoria.
A este veterano ejemplar lo llamaban “CAMPANERO”, al que se le colgaba una pequeña campana de bronce en cuello atada con un mecate o correa, lo colocaban de primero en la fila a dirigir la larga marcha, los demás uno detrás del otro seguían sus pasos. De allí su nombre (aunque aparte de ser el “campanero”, también tenía su nombre o apodo al igual que a todos los demás trabajadores de cuatro patas).
Este incomparable y principal medio de transporte masivo de la época, que conocía tan bien su sufrible labor, en muchas ocasiones cuando el Arriero o Baquiano llegaba al pueblo o caserío a despachar y cobrar la mercancía que traía de las haciendas, el sediento hombre se iba al trapiche de la zona o pulpería más cercana a disfrutar de un buen aguardiente claro, sabiendo el buen bebedor, que se iba a quedar disfrutando del licor por buen rato, o mejor aún, pretendía quedarse a dormir en la choza de alguna buena amiga para continuar de “Libar”….
Después de un pequeño descanso y una poca de agua para los cargueros, agarraba a todos los Burr@s y Mulas que venían con él, los volvía a colocar en fila pero en sentido al camino que lleva a la hacienda, nuevamente “EL CAMPANERO” de primero como líder, le sobada un poco el lomo, le susurraba algo en la oreja al líder de la manada, como prometiéndole alguna recompensa si retornaba a su casa pronto, le pegaba una palmada duro en las nalgas, saliendo El CAMPANERO, agitado, brioso y con un apurado galope a retornar camino a la hacienda, esta vez el solo como jefe de grupo y rápidamente siguiendo el apurado paso los demás compañeros.
Aunque algunos personas que les han contado esta historia no crean…, EL CAMPANERO llegaba seguro, rapidito y sin Arriero a la hacienda, como conociendo que al llegar a casa lo esperaba un merecido alimento y un espacio tranquilo para descansar aunque fuera solo una pocas horas, porque inmediatamente al amanecer del día siguiente volvía sin poder negarse a sus labores pesadas…
Gracias a dios y para fortuna de los Burro@s y Mulas, ahora existen otros medios de transporte que lo han suplantado en sus tareas, sin embargo, todavía en pleno siglo XXI quedan zonas donde se les sigue maltratando y sometiendo al trabajo duro…
En honor y como dignificación a este incansable animal…, que ha jugado un papel fundamente durante miles de años en el progreso y desarrollo de la humanidad…
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