EL BARATILLO
JOS JAVIER DURAN R. (2007)
CRONISTA COMUNAL DEL CENTRO NACIONAL DE HISTORIA DE VENEZUELA
CRONISTA OFICIAL DEL MUNICIPIO JOSE RAFAEL REVENGA-ESTADO ARAGUA -VENEZUELA
El comercio en todos sus rubros es un factor elemental en el proceso histórico de una nación o país, región o localidad. Ya que activa la economía, genera empleos y es un prestador de bienes y servicios.
Desde tiempos de nuestros Aborígenes se practicaba el intercambio de la caza, pesca y recolección de: frutas, tubérculos, artesanía, bebidas espirituosas entre otros. Esto Era para nuestras Etnias no visto como mercancía, sino como fuente de alimentación y provecho, el cual usaban como forma de “Trueque”, donde todas las partes que participaban salían beneficiadas por igual o se usaba como forma de socializar entre los pueblos originarios.
Es en tiempo de la conquista cuando el viejo continente trae a las tierras de América la milenaria cultura del comercio y la explotación de los recursos de forma masiva y descontrolada.
Todo…, absolutamente todo era producto del mercantilismo, desde: Los esclavos, bestias y su sud-productos, minerales, madera, hierro, etc., y lo que venía de la siembra o cosechas.
En el ahora municipio José Rafael Revenga y sus alrededores para las ultimas décadas del siglo XVI aproximadamente, se fueron creando Haciendas y Hatos para la recolección, procesamiento, distribución y venta de todo lo que se podía negociar, y lo que no, también tenía precio.
Pasaron años…, comenzaron a aparecer las Pulperías y tiendas para la venta al detal y al mayor de los enseres, sud-productos y productos terminados derivados de toda esa explotación desenfrenada.
Pero fue en periodo entre el siglo XIX - XX, Donde surge con más auge la modalidad de “Baratillo”. Que en su concepto original se describe como: “Es una agrupación o montón de cosas de bajo precio que están en venta en un local público. Tienda, establecimiento o puesto en donde se comercializa o se vende”.
Si nos basamos en el concepto literal, entonces casi todas las pulperías, tiendas y abastos de la época donde se ofertaran productos y enseres nuevos o usados a bajos costos se podrían considerar como Baratillos, e inclusive en los mismos mercados populares o campesinos se practicaría esta modalidad.
Pero su definición se le daba en esa época a una cierta y determinada persona, que por lo general tenía una tienda y también vendía su mercancía de forma itinerante. En el pueblo de El Consejo, hubo varios comercios que practicaban la modalidad de Baratillo, pero específicamente en el periodo de las años de 1930 en adelante, existió un personaje que su habilidad de comerciante para dar ofertas y facilidades de pago a sus clientes, le hizo ganar o merecer el respeto de todos, y llevar por toda la vida que estuvo trabajando y viviendo en el pueblo el apodo personal de “El Baratillo“.
EL BARATILLO AMADOR |
Su nombre Amador de Jesús Durán quien nace en el pueblo de Torococo estado Trujillo, el 15 de febrero del año 1907 según acta de nacimiento. Llega a estas tierras en la década de 1920, montado en un burro “Campanero” y detrás en fila unos cuatro burros más repletos de maletas, dentro de ellas muchos enceres y quincallería como: Prendas de vestir, Sombreros, Trajes, Pocillos, Chimo, Alpargatas, Calzoncillos, Tabaco en Rama, Pólvora, Velas, Sebo Criollo, Bisutería, Cubertería y todo lo que puedan imaginar de una tienda ambulante de la época.
Venia de tierras muy lejanas, de pueblo en pueblo, vendiendo y ofertando mercancía que traía también de los mismos pueblos que visitaba, aprovechaba las ofertas, compraba al mayor para vender al detal en los pueblos próximos a visitar.
Su destino final la Ciudad de Caracas, donde podía adquirir más mercancía nacional e importada a mejores precios para luego devolverse otra vez hacia su pueblo natal y por el camino volver a negociar todo lo que traía.
Muy pocas veces llegaba a su de pueblo de origen con mercancía que traía de Caracas, a menos que fuera un encargo de algún dueño de hacienda, pulpero o cura, que le encomendara un producto específico a traer, porque todo era renegociado en el camino.
De tanto pasar por varios años por el pueblo de El Consejo, presumo que le gusto el mismo, considerando también, que era muy católico y devoto de La Virgen del Carmen.
Es posible que haya sentido gran admiración por la iglesia del Buen Consejo y las Sociedades del Carmen de las comunidades, que en ese andar de vida, hacia un alto en el camino para entrar a la iglesia, prenderle una vela a la virgen para pedirle que lo acompañara y cuidara en su largo recorrido.
AMADOR Y ZORAIDA DURAN |
Tanto le gusto el pueblo, que decidió un día establecerse por los finales de la década de 1920, para desde allí instalar una tienda y vender de manera más formal su mercancía. Pero creo de manera personal por las muchas oportunidades que hable con él, que su iniciativa principal de establecerse en El Consejo, aparte de lo religioso, fueron las mujeres bellas que abundaban por la zona…
Según informaciones que hemos recopilado de algunas personas que lo conocieron bien y tuvieron gran amistad, era un hombre muy honesto y “un Lince para los negocios y sacar cuentas”, además, siempre andaba bien arreglado con un “Paltó o flux” para su vestir diario, para las fiestas, misas y eventos especiales su gran “Liquiliqui”.
Por lo general antes de tener instalada su tienda en El Consejo, llegaba a los pueblos a la Plaza Mayor donde allí descansaba, oía misa y vendía su mercancía para luego seguir su camino.
Ya cuando se instaló en su tienda la gente iba a comprarle allá, pero a sus clientes exclusivos como los dueños de las Haciendas, Vegas y familias reconocidas le prestaban el servicio a domicilio.
Uno de esos que tenía Una Vega y el visitaba con frecuencia fue Inés Torres, allí conoció a su gran amor Inés María Torres Rodríguez aunque todos la conocían como ”Mercedes”, Hija de Inés y Elena. De la cual se enamoró y se casó el 17 de diciembre de 1937, según documento de la junta comunal de ese año con folio número 26; para ese momento el presidente de la junta era Juan Salazar. En el momento del matrimonio Amador de Jesús tenía 35 años y Mercedes apenas 19.
De esa unión nacieron cinco hijos: Joseito “El Zurdo”, Edgle “La Doctora”, Zoraida, Luisa y Amador “El Artesano”, aunque me comentaron que entre Joseito y Edgle nació otra niña de nombre “Dinora”, la cual falleció de pocos meses.
Tuvo su primera residencia en la calle Campo Elías donde nació Joseito, luego se muda a la calle García de Sena donde nace Edgle, posteriormente se residencia en la calle Bolívar Cruce con La Páez número 34, frente a la “Aduana” donde tenía su tienda de nombre “LOS RINCONES DE PARIS”.
Lamentablemente esa tienda se quemó en su totalidad, pero para fortuna de Amador y su familia estaba asegurada a todo riesgo. Esa misma suerte que le acompañaba lo hizo ganador del premio mayor de la lotería donde obtuvo de forma fortuita 60.000 bolívares. Con esa fortuna monto rápidamente otro negocio un poco más delante de donde tuvo el primero que se quemó, a pocas casas de la Iglesia Matriz.
También le compra una propiedad a Antonio Visbal por la fecha de 1941, justo al frente de su nuevo negocio donde posteriormente nacieron sus otros hijos menos Amador que nació en Caracas, residencia la cual fue su morada hasta el día de su muerte.
Con el tiempo siguió comprando más propiedades y negocios, como una venta de arepas Rellenas muy cerca del negocio principal en la misma calle Real la cual le nombraban “El Termo”, debido a que era un clima agradablemente caliente dentro del local, en las mañanas frías del pueblo en misas de aguinaldo. Adquiere otras propiedades y una tienda en La Victoria, donde hace incursionar a Mercedes en el comercio, desafortunadamente esa tienda duro poco tiempo. Pero a Mercedes le quedo el gustico a negociante, actividad que siguió practicando por todo el resto de su vida.
Otros personajes que fueron amigos de El Baratillo y él visitaba personalmente para llevarles mercancía y darle créditos fue Misia Ana Rodríguez de Aspurba, heredera de La Casa Morgado.
El otro fue Don Alberto Vollmer “El papa de Don Alberto y Don Gustavo”. Del cual tengo una anécdota que el mismo Amador de Jesús me conto: -“Yo fui muy amigo de Don Alberto…, siempre lo visitaba y le vendía cosas y se las dejaba fiadas. Cuando le iba a cobrar a Tovar el hombre se escondía mijo…; pero ya yo lo había visto desde lejos y le decía, no te escondas Alberto que ya te vi”.
INES MARIA TORRES "MERCEDES" |
Salía Alberto y echando broma le comentaba a Amador: - “Carajo Baratillo tu por aquí hoy…”, y metiéndose la mano en los bolsillos se los volteaba hacia afuera y le decía Alberto: -“mira no tengo ni un centavo hoy… ¿cómo vamos hacer…?., Amador sonriente le contestaba: -“tranquilo hombre, hoy no te vine a cobrar si no a visitarte…, y ¿dónde están los muchacho Alberto y Gustavo?”, Alberto le contesto: -“bueno, ¿tú ves allá en el tablón ese poco de negros cortando caña?, los dos que tengan los ojos Azules esos son pues…”. Amador con cara de asombro le dijo: - “¡Carajo chico la verdad es que están negritos de carbón que se confunden con los cañeros…!”, Alberto riendo afirmaba; -“eso es pa´ que aprendan a ganarse la vida…”.
Por años tuvo su tienda El Baratillo, en varias locales del pueblo, pero siempre en la calle Real cerquita de la iglesia y su casa de residencia. Vendiendo enceres, fabricando Chimo, dando créditos, ofertas, haciendo préstamos y manteniendo con eso a su familia. Por décadas también continúo vendiendo de forma itinerante en burros y caballos, pero ya hacia los lados de la Colonia Tovar y El Jarillo donde también tuvo grandes amigos, que con frecuencia lo visitaban en su casa donde los recibía con gran alborozo y gentilicio.
Tuvo amistades importantes de la vida política. El Dr. Rafael Caldera lo visitaba y comía en su casa.
Fue numismático de manera autodidacta, ya que le gustaba coleccionar monedas y conocía cuales eran históricamente importantes, tenía Morocotas y Pachanos. De vez en cuando las ponía a solear para que recuperaran el brillo y volver a revisar su inventario. Esta pasión por el coleccionismo de monedas lo heredo Joseito al cual también tenía su colección.
Fue muy colaborador de las actividades del pueblo y principalmente de las eclesiásticas, donde participaba organizando junto con Mercedes y también colaboraba con sus “Óbolos”.
Por más de siete décadas se dedicó a la venta y el comercio, ya no volvió a vivir en su pueblo natal, solo iba allá de paseo con Mercedes.
Ya con avanzada edad enfermo producto de su vejez, murió primero Mercedes, luego Edgle, y él seguía padeciendo de su enfermedad. Un día estando ya enfermo, lo fue a visitar una señora llamada Josefina De La Cruz, que fue gran amiga de él. Le comente que El Baratillo, padecía y se quejaba mucho del dolor e incluso se tiraba de la cama y en esas lanzadas se fracturo la pierna, y Josefina me contesto: - “Amador se queja y padece en su lecho de muerte tirándose al piso, es porque él es de voto de la Virgen del Carmen mijo, hay que ponerlo en el piso para que se muera tranquilo…”.
Como fue mi abuelo casualmente para esta historia, yo hacía pan Prote para vender en Santa Teresa. En muchas ocasiones en las tardes mientras horneaba el pan, me dedicaba un rato a atenderlo, lo bañaba, le daba un poco de café y pedazo de pan Prote que le encantaba y me sentaba a hablar con él de muchas cosas. Entre ellas, gran parte de esta historia que ya les conté. Siempre antes de terminar la conversación del día me decía: -“Siembren plátano, cambure, papas, topochos, caraotas, que la vaina se va a poner jodía, siembren…”. Ahora entiendo porque siempre me decía eso. Muere el 8 de Noviembre de 1997, a la edad de noventa años, para ser siempre recordado y respetado por quienes tuvieron el placer de conocerle.
A mí querido Abuelo, Amador de Jesús Durán “El Baratillo”…
Agradecimientos especiales: a mis tíos: Nito Torres, Amador Durán, a mi madre Gladis Josefina “Chela” y a todas las personas que me ayudaron a relatar esta historia… gracias….
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