JOSÉ RAFAEL REVENGA HERNANDEZ - PRÓCER CIVIL DE LA INDEPENDENCIA - RESUMEN DE BIOGRAFÍA "HISTORIA LOCAL" (Por: Jose Javier Duran Romero)

 JOSE RAFAEL REVENGA HERNANDEZ
RESUMEN DE BIOGRAFÍA

JOSE JAVIER DURAN ROMERO (2008)

   Nace en El Consejo (Edo. Aragua) el 24/11/1786, Muere en Caracas el 9/3/1852.

 
   Importante figura pública durante los primeros años de nuestra vida republicana (1810-1830), tiempo en el que se desempeñó como abogado, periodista, diplomático y estadista. Fueron sus padres José Revenga Margarita Hernández. Revenga cursó estudios de derecho y filosofía en la Universidad de Caracas, en la que se graduó como abogado en 1808. Partidario de la causa independentista desde un primer momento, ingresó a sus filas en agosto de 1810 como meritorio de la Secretaría de Relaciones Exteriores. En marzo de 1811 fue enviado por el primer Congreso venezolano, junto a Telésforo de Orea, en misión ante el gobierno de Estados Unidos. A pesar de entrevistarse en ese país con el presidente James Madison y el secretario, la misión no llegó a nada concreto al producirse la caída de la Primera República en julio de 1812

   De Estados UnidosRevenga viajó a Cartagena de Indias, donde a partir de 1815 se desempeñó como secretario de Bolívar. A raíz de la reconquista de la Nueva Granada por los realistas, decidió volver a los Estados Unidos, donde residió entre 1816 1817

   En el país del norte, colaboró con el exiliado liberal español Francisco Javier Mina en sus planes de efectuar una expedición libertadora a México; pero no lo acompañó en ésta prefiriendo regresar a Venezuela. 

  En 1818 se encontraba en Angostura (hoy Ciudad Bolívar), donde una vez más se desempeñó como uno de los principales colaboradores del Libertador. Por este tiempo contribuyó a la fundación del semanario Correo del Orinoco, del cual fue director poco más tarde. 
  
   A fines de 1819, al ser creada la República de Colombia (Gran Colombia), Revenga fue designado por Bolívar Ministro de Hacienda y Relaciones Exteriores, cargo en el que permaneció hasta 1821, cuando le fue encomendada junto a Tiburcio Echeverría, la misión de viajar como enviado extraordinario ante la Corte de Madrid para negociar la paz. Ante lo infructuoso de las conversaciones con las autoridades españolas, volvió a Bogotá en 1822 y a fines del mismo año emprendió de nuevo el viaje esta vez hacia Europa, donde buscaría el reconocimiento de la independencia de Colombia por parte de la Gran Bretaña, así como el arreglo de los asuntos fiscales de dicha república en el viejo continente. 

   En 1825, regresó a la Colombia con la noticia de que Inglaterra había decidido reconocer a la nueva nación. Tras su éxito como agente diplomático, en septiembre de 1825 pasó a ejercer la secretaría de Relaciones Exteriores, cargo que desempeñó hasta noviembre de 1826 cuando Bolívar al regresar de su campaña por el Sur, lo llamó de nuevo a su lado como secretario general. En este rol acompañó al Libertador a Venezuela en 1827, participando junto a él en los esfuerzos por restaurar el orden público y las finanzas en dicha nación. De vuelta a Bogotá, fue reincorporado en la Secretaría de Relaciones Exteriores, siendo nombrado además miembro del Consejo de Estado, cargo que ocupa hasta que a fines de 1828 Bolívar lo envía a Venezuela para que con el título de ministro de Hacienda reorganice las finanzas públicas y fomente el cultivo del tabaco para pagar con lo obtenido de su producción, la deuda externa.

   Sin embargo, esta misión quedó interrumpida en 1830 por la disolución de la Gran Colombia y la muerte de Bolívar. Luego pasar un tiempo apartado de la vida pública y dedicado a la agricultura y la ganadería, en 1844 volvió a la política al ser elegido diputado. Asimismo, tres años después fue nombrado presidente del Banco Nacional y en 1850 ocupó por un breve tiempo la jefatura del ministerio de Relaciones Exteriores durante la presidencia de José Tadeo Monagas; cargo al que renunció por no querer refrendar la Ley de Espera y Quita, ya que la consideraba perjudicial para el crédito nacional. Muere en Caracas, el 9 de marzo de 1852. Superado en Gloria, sus restos se encuentran en el Panteón Nacional al lado del que un día lo llamo, Mi otro yo

Anécdotas relevantes: El primer inconveniente como Ministro de Hacienda fue confrontar la deuda externa venezolana.

   Comenté que, solamente la porción venezolana en la deuda de la Gran Colombia, equivalía a cuatro años de exportaciones. Estas exportaciones venezolanas, en casi 70%, se concentraron en café y cacao. La vocación de exportar materias primas y depender fiscalmente de ellas nace con la propia República de Venezuela.

   Mientras aún la nación venezolana era parte de la Gran Colombia, el Ministro Revenga (designado en la Cartera de Hacienda el 27 de noviembre de 1828) intenta una solución para repagar la deuda pública. Consistía en promover el cultivo de tabaco con fondos públicos y emplear los ingresos por exportaciones para servir la deuda. 

   El “Plan Revenga” lo resume De Manuel Pérez Vila en su biografía del prócer (Editada en 1974 por el Ministerio de Educación, en la colección Biografías Escolares). Las circunstancias no pueden ser más críticas. Colombia se halla al borde de la bancarrota. El comercio casi paralizado, la agricultura en abandono, y las rentas públicas improductivas. El crédito nacional no existe: hace tres años que el Gobierno no paga los intereses del empréstito a los acreedores ingleses.  

   Pero el nuevo ministro tiene un plan para ampliar las plantaciones de tabaco de La Grita, Barinas y Guanare, y exportar anualmente 60.000 quintales [1 quintal = 46 kg.] de la hoja aromática, que pueden venderse en Inglaterra, en Holanda, en Francia, en Alemania, hasta en Turquía. Con el producto del tabaco se pagará a los acreedores extranjeros, y la confianza renacerá.”

   Además de nacer con deudas, Venezuela también exhibió desde sus inicios la mezquindad partidista, dispuesta a obtener victorias políticas para el gobernante de turno aunque resulten pírricas para el bienestar público. 

   El Jefe de Departamento de Venezuela, De José Antonio Páez, está por aquellos años gestando la secesión venezolana de Gran Colombia. Para alborotar las ansias separatistas, Páez apostó por mantener la inestabilidad en las finanzas públicas, achacando la culpa a Colombia y a El Libertador Simón Bolívar. 

   En diciembre de 1829, a un mes escaso de separarse Venezuela de Colombia (13 de enero de 1830), Páez concluye su torpedeo al Plan Revenga, iniciado desde la primera cosecha de tabaco obtenida en agosto de 1829; la estocada final dada por Páez fue cancelar la exportación de esta materia prima, ordenando su remate en el propio mercado venezolano. Según señala Carlos Hernández Delfino, en su estudio biográfico de Revenga (publicado en la afortunada colección “Biblioteca Biográfica Venezolana” en 2006), “…El tabaco fue rematado a menos de la mitad de lo que ya había pactado Revenga con los agentes extranjeros; además, hubo de pagarse el flete y otros gastos contratados de cuatro buques que nada se llevaron, y por si fuese poco el descalabro, a los cosecheros se les quedó debiendo cerca de 70.000 pesos.”

   Como epílogo, Páez ordenó la salida de Revenga del país el 23 de febrero de 1830. En un ejemplo de la política usualmente conciliadora del caudillo, este revocó la orden el 20 de julio de 1830. Sin conocer esta resolución, valientemente, Revenga volvió por cuenta propia a Venezuela el 7 de agosto, dispuesto a responder ante los tribunales por la falsa acusación de estar conspirando contra el gobierno.

   Es precisamente esta probidad administrativa lo que destaca de Revenga. Su respeto a las finanzas públicas contrastó con la prevaricación y asalto al erario de que hicieron gala otros políticos y caudillos en gestiones referentes a endeudamiento fiscal y negociaciones internacionales. Ciertamente Revenga compartió con muchos funcionarios la inexperiencia en asuntos públicos, infeliz denominador común entre aquellos fundadores de república, a quienes el régimen colonial había excluido en las labores gubernamentales y legislativas. 

 Todas las gestiones financieras y diplomáticas de Revenga quedaron sin llegar a buen término: fue infructuosa su gestión para obtener el reconocimiento estadounidense e inglés de la Independencia Colombiana; España se negó a aceptar diplomáticamente la emancipación; el empréstito inglés fue suscrito en condiciones onerosas por otros negociadores colombianos; el proyecto de repagar deuda con tabaco se fue al garete y el decreto del Banco Nacional de Venezuela, del cual se encargó en 1847, fue derogado al poco tiempo. Ahora bien, si compartió el fracaso de otros funcionarios, Revenga jamás incurrió en el peculado, negligencia y dolo del grueso de sus colegas; estos vicios, unidos a la inexperiencia administrativa, condenaron desde el principio el sector público gran Colombiano.
  
   Puede considerarse con justicia a Revenga como precursor de todos estos proyectos administrativos y diplomáticos, los cuales fueron concluidos por otros que aprovecharon el camino que él había allanado. Además, ningún perfil biográfico de Revenga quedaría completo si se desconsiderase su impulso pionero en la educación pública, costeando muchas veces de su propio sueldo la adquisición de volúmenes y materiales para las escuelas venezolanas.

   Pero ¿Por qué Revenga El Quesero?. Por supuesto que el título no guarda ninguna relación con nuestros populares, comunes y siempre actualizados quesos, eufemismo con el cual se reemplaza el término de corrupción. Formando parte de la Sociedad Económica de Amigos del País, un grupo que alarmado ante tantas carencias nacionales pretende buscar soluciones. 

   La población venezolana es ignorante y desconoce lo básico para sobrevivir. Es por ello que la poca intelectualidad que sobrevivió a la guerra de la independencia, procura enseñar los medios para lograrlo, tratando de enseñar cómo hacer tejas, sombreros, trabajos de herrería, albañilería, carpintería y allí es donde entra José Rafael Revenga

   En la sesión del 5 de noviembre de 1830 hace entrega a la Sociedad de un manual titulado “El modo de hacer queso”. Con datos muy precisos sobre temperatura de la leche, obtención del cuajo, procesamiento de la cuajada, prensado, almacenamiento, protección de los insectos y salado presenta tres formas para hacer el queso. Incluyendo las variedades tales como el queso de mano, el queso holandés, el roquefort, el blando o “paisa”, la mozarela y el queso de mano, no faltando por supuesto el apetecido queso “llanero” que aún forma parte integral de nuestra gastronomía, rociado por encima de unas caraotas negras refritas o rellenando una humeante arepa…

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Recopilación de textos:
Diccionario de Historia Fundación Polar
“El modo de hacer queso” Guillermo Guzmán. Revista “El Desafío de la Historia” (Nº 22)
José Rafael Revenga. Carlos Goedder
Doctor. Manuel Pérez Vila en su biografía del prócer José Rafael Revenga.
CORREO DEL ORINOCO: lunes 27 de julio de 2015
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